El e-commerce, así como la mercadotecnia digital, son parte fundamental de una revolución para adentrarse al mundo comercial –casi en cualquier industria– y, en países como México, ya no deberán pasar desapercibidos, gracias al extenso crecimiento de los medios tecnológicos y digitales que manifiestan las nuevas tendencias.
El comercio electrónico, después de un inicio dubitativo ocasionado por la desconfianza de los usuarios –por proporcionar datos al no tener la certeza de que éstos serían confidenciales–, hoy se ha vuelto una realidad que ya se ha ganado un lugar como medio rentable para hacer transacciones. Actualmente, el e-commerce se ha vuelto uno de los principales medios que usan los consumidores para comprar y, principalmente, esto se debe al nuevo comportamiento cotidiano de mucha gente en nuestro país.
Recientes estudios realizados por la revista de mercadotecnia Merca 2.0 afirman que más del 50% de los usuarios de internet ya han realizado al menos una compra por la vía electrónica y, a su vez, este porcentaje considera que estas son más cómodas que las transacciones tradicionales.
Si eso, por sí solo, ya es lo suficientemente positivo y vislumbra una curva ascendente a futuro, la mercadotecnia digital no se queda atrás, gracias a que el nivel de impacto en la mente del consumidor de internet, permea en 9 de cada 10 casos; siendo los banners los de mayor auge, seguidos de Google AdWords, Facebook Ads y el mailing.
Dicha situación se debe a que, como se había comentado en entradas previas, la publicidad que le llega al consumidor digital, está más ligada a sus intereses y no es solamente lanzada al azar para ver si sí funciona.
Tomando en cuenta lo anterior, es de suma importancia que las empresas que aún se muestren reticentes a cambiar de hábitos promocionales y todavía no estén seguros de dar el siguiente paso hacia la modernidad, por fin entiendan que la mercadotecnia digital y el comercio electrónico, no solo llegaron para quedarse, sino que terminarán por desbancar definitivamente a los métodos tradicionales, en el mediano y largo plazo.
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