Emprender es algo que no todos están dispuestos a hacer. Las ideas y los pensamientos negativos han impedido que mucha gente consiga lo que siempre deseo. El hecho de pensar que la grandeza solamente está al alcance de uno cuantos, que el pensamiento siempre tiene que ser realista y que el éxito llegará de la nada, son solo algunos ejemplos de ideas erróneas que evitan la realización de la gente.
A lo largo del tiempo, Will Smith, uno de los actores más exitosos de Hollywood, se ha encargado de esparcir su filosofía de vida. Una filosofía que lo ha hecho llegar hasta donde se encuentra y que lo hace un perfecto ejemplo para entender que el éxito está disponible para cualquier persona que se lo proponga. Su actitud positiva, sus convicciones y su gran seguridad de pensamiento, lo han hecho realizarse como ser humano y, por consecuencia, repasar sus preceptos no es una mala idea con el fin de motivarnos para hacer lo que siempre hemos querido:
La grandeza existe dentro de todos.
La grandeza no es una cualidad esotérica, divina o exclusiva de solo algunos. Por el contrario, se compone de un sencillo pensamiento, “en esto creo y sería capaz de morir por ello”. El hecho de pensar así, sin mayores rodeos y sin buscar complejidades que no existen, puede hacer una gran diferencia. Cuando la gente piensa “esto no puede ser así de fácil” está cometiendo un error; las cosas sí pueden ser así de fáciles.
El camino al éxito no tiene atajos.
El éxito llegará por medio del trabajo y comprendiendo los conceptos ‘talento’ y ‘habilidad’. Mientras el talento es algo natural con lo que una persona puede contar o no, la habilidad se va desarrollando en base a la práctica. Por lo tanto, es básico trabajar en la habilidad. No tener talento innato para algo, no implica no poder cumplir con cierto objetivo. Por el contrario, implica que se tendrá que desarrollar la habilidad en base a esfuerzo y trabajo. Luego entonces, desarrollar una habilidad suplirá cualquier falta de talento y permitirá cumplir con cualquier cosa que se proponga.
Hay que poner un ladrillo a la vez.
En una analogía muy práctica, en donde el objetivo final es una pared y un pequeño objetivo –que llevará al objetivo final– es un ladrillo, se entiende que vislumbrar la construcción de una pared suena como a una labor muy complicada. Sin embargo, es erróneo pensar en la pared sin antes haber pensado en un ladrillo. Para llegar a terminar la pared, se tendrá que poner ladrillo por ladrillo. Por lo tanto, la estructura del pensamiento para llegar al objetivo final tendrpa que estar enfocar en poner el primer ladrillo, posteriormente poner el segundo y así sucesivamente hasta por fin construir toda la pared. Pensar y actuar ‘ladrillo tras ladrillo’, terminará dando como consecuencia una pared.
Hay que enfocarse en hacer la diferencia.
Estar vivo debe ser una responsabilidad; una responsabilidad para ser mejor y hacer al mundo mejor. El hecho de vivir debe obligar a la gente a generar beneficios para otra gente a su alrededor. No estar haciendo nada para que la vida de alguien más mejore, es estar desperdiciando el tiempo.
Hay que creer.
La primera persona que tiene que creer en que puede hacer lo que sea que desee, es esa misma persona. Creer implica específicamente tener un plan ‘A’ y no distraerse creando un plan ‘B’. Para complementar dicha idea de creer, existe una frase de Confucio que reafirma este pensamiento, “tanto quien dice que puede, como quien dice que no puede, usualmente tiene razón”.
Nada es ‘no realista’.
Ser realista es el camino más rápido a la mediocridad; ser realista solamente pone barreras. Hacer luz eléctrica con un pequeño esfuerzo fue algo no realista por mucho tiempo hasta que llegó alguien para contradecirlo y demostrar que se podía (en este caso Thomas Alva Edison), lo mismo con la transportación aérea y prácticamente con cualquier cosa que nos imaginemos y que, hoy, hace del mundo lo que es.
Nuestros pensamientos son físicos.
El pensamiento humano tiene poder y el universo conspirará a favor o en contra acorde a ello. Al pensar positivo –con miras a conseguir lo que se desea– se estará obligando al universo a concederlo, paulatinamente. Por el contrario, con un pensamiento negativo, el universo también se verá forzado a actuar y, al final, terminar haciéndolo realidad.
Es primordial enfocarse.
La mente, el corazón, la creatividad y todo lo que envuelve a una persona, tiene que concentrarse en lo mismo. Pensar dispersamente retrasa la consecución de objetivos e impide que el tiempo se optimice.
Se debe atacar al miedo.
Retomando una idea de Eleanor Roosevelt – “lo único a lo que se le tiene que tener miedo, es al miedo mismo” –, se busca explicar que tener miedo es algo que no conduce a ningún lado, mas al fracaso. Si se tiene miedo a algo, lo mejor será atacarlo en este preciso momento.
Los sueños se tienen que proteger.
Tomar en cuenta a alguien que dice “no puedes hacer algo”, debe estar prohibido. El hecho de que otra gente no pueda hacer ciertas cosas e, incluso, ni siquiera lo intente, no implica que nadie más pueda hacerlo. Entendido lo anterior, se pondrán en práctica todos los demás puntos, para que los sueños logren realizarse.
Tomar en consideración las palabras de una persona exitosa, cuando uno mismo se encuentra en la búsqueda del éxito, es una elección acertada. Está claro que lo que Will Smith plantea no es una verdad absoluta (como nada en este mundo); pero, si se considera que bajo dichos preceptos ha conseguido todo lo que se ha propuesto, queda claro que dichas reflexiones incitan a ser adoptadas.
El primer paso para adentrarse en el emprendimiento es la actitud. Las características de la actitud que se tome, marcarán el rumbo con miras a lograr o no lograr lo que se desea. ¡El éxito está al alcance de tus manos, convéncete de eso!
0 comentarios